Capítulo 2: Los conceptos del Lenguaje.
La noción común de lengua tiene una dimensión sociopolítica crucial. También tiene elementos normativos-teleológicos que se eliminan en los enfoques científicos. La lingüística moderna obvió por lo general estas cuestiones y tomó en consideración una "comunidad lingüística" idealizada que fuera internamente consistente en su práctica lingüística. Por ejemplo, la lengua como "la totalidad de proferencias que se pueden hacer en una comunidad lingüística", considerada como homogénea. No se realiza ningún intento de capturar o formular un concepto con los aspectos sociopolíticos o teleológico-normativos del uso informal del término lengua. Lo mismo sucede con los enfoques que conciben la lengua como un producto social (concepto saussureano de Lengua).
En busca de las respuestas a las preguntas por la naturaleza, orígenes y uso del conocimiento del lenguaje, Chomsky hace una abstracción de los hechos que son tomados en cuenta en la noción común de lengua considerando sólo el caso de una persona sometida a una experiencia uniforme en una comunidad lingüística (tomada como un caso puro de la GU) sin diversidad de dialectos ni variaciones individuales entre los hablantes.
Las idealizaciones que se explicitan en las investigaciones más cuidadosas difícilmente pueden cuestionarse; aíslan una propiedad de la facultad lingüística para su estudio, propiedad cuya existencia no puede prácticamente ponerse en duda y que, con toda seguridad, es un elemento fundamental en la adquisición real de la lengua.
El estudio del lenguaje y de la GU, llevado a cabo dentro del marco de la psicología del individuo, permite la posibilidad de que el estado de conocimiento que se alcance pueda incluir alguna clase de referencia a la naturaleza social de la lengua.
Da por supuesta otra idealización: la propiedad de la mente descrita por la GU es característica de la especie, común a todos los seres humanos. Por tanto, hacemos abstracción de la posible variación de la facultad lingüística en los seres humanos. La variación que pueda darse es marginal y puede ignorarse sin problemas en gran parte de las investigaciones lingüísticas.
La lengua exteriorizada
De acuerdo con el uso convencional, una gramática es una descripción o una teoría de una lengua, un objeto construido por una lingüística. Así, asociadas a las diferentes nociones técnicas de lengua, existen nociones correspondientes de gramática y de gramática universal (GU).
La lingüística estructuralista y descriptiva, la psicología conductista y otras disciplinas contemporáneas tienden a concebir el lenguaje como una colección de acciones, o proferencias o formas lingüísticas (palabras, oraciones) emparejadas con significados, o como un sistema de formas o acontecimientos lingüísticos. Estos conceptos técnicos son casos de Lengua Exteriorizada (Lengua-E), en el sentido de que lo construido se concibe de forma independiente de las propiedades de la mente/cerebro. Desde un punto de vista así, una gramática es una colección de enunciados descriptivos referentes a la Lengua-E, los acontecimientos lingüísticos potenciales o reales (quizás junto con alguna explicación de su contexto de uso o su contenido semántico). En términos técnicos, se puede considerar la gramática como una función que enumera los elementos de la Lengua-E. Ésta es concebida pues como el objeto real de la investigación, la gramática es una noción derivada; el lingüista es libre para seleccionar de una u otra forma la gramática siempre que identifique correctamente la Lengua-E. No se plantean cuestiones de verdad o falsedad al margen de esta consideración.
En cuanto a la GU, en la medida en que se reconozca que se trata de una investigación legítima, esta teoría estaría constituida por enunciados verdaderos para muchas o para todas la lenguas humanas, quizás por un conjunto de condiciones satisfechas por las lenguas-E que son lenguas humanas; una cuestión empírica interesante es la de si la GU permite una variedad infinita de lenguas posibles o sólo una diversidad finita.
Así, de acuerdo con estas directrices, podemos desarrollar un cierto concepto técnico de lengua (lengua-E), y un concepto asociado de gramática y de GU, como fundamento para un estudio científico del lenguaje.
La lengua interiorizada
Un enfoque diferente mantiene que existe una cierta noción de estructura en la mente del hablante que está lo suficientemente definida como para guiarle en la construcción de oraciones propias, en particular expresiones libres que pueden ser nuevas para el hablante y para otras personas. Esta noción de estructura se refiere a una Lengua Interiorizada (Lengua-I), la que constituye un elemento de la mente de la persona que conoce la lengua, que adquiere el que la aprende y que el hablante oyente utiliza. La gramática es entonces una teoría de la Lengua-I, el objeto que se investiga. Y si se mantiene la noción de estructura, entonces se plantean respecto de la gramática, cuestiones de verdad y falsedad como en cualquier teoría científica.
Conocer la lengua es una propiedad de una persona; una tarea de las ciencias del cerebro es la de determinar qué ha de pasar en el cerebro del hablante para que se dé esa propiedad. Que el hablante sepa la lengua significa que la mente/cerebro del hablante se encuentra en un determinado estado; más precisamente, en lo que se refiere a la facultad lingüística, que un módulo de ese sistema se encuentra en un cierto estado. Por tanto, constituye una tarea propia de las ciencias del cerebro descubrir los mecanismos que son la realización física del estado.
Resulta natural concebir a la lengua como Lengua-I, teniendo la noción de estructura como una entidad abstraída a partir de un estado de la facultad lingüística, que es un componente de la mente. Entonces la GU se construye como la teoría de las lenguas-I humanas, un sistema de las condiciones derivadas de la dotación biológica humana, que identifica las lenguas-I que son humanamente accesibles en condiciones normales. Una lengua, forma parte de las lenguas-I si la relación entre el hablante y la lengua es verdadera para un hablante normal, en condiciones normales.
El desplazamiento de la Lengua-E a la Lengua-I
El estudio de la gramática generativa desplazó el foco de atención de la conducta potencial o real y sus productos al sistema de conocimiento que subyace al uso y la comprensión del lenguaje y a la dotación innata que hace posible que los humanos obtengan ese conocimiento. El desplazamiento fue del estudio de la lengua-E al de la lengua-I, del estudio de la lengua considerada como un objeto exteriorizado al estudio del sistema de conocimiento lingüístico obtenido y representado interiormente en la mente/cerebro. La gramática generativa persigue delinear exactamente qué es lo que alguien sabe cuando conoce una lengua, esto es, qué es lo que ha aprendido de acuerdo con los principios innatos. La GU es una caracterización de estos principios innatos, biológicamente determinados, que constituyen un componente de la mente humana, la facultad lingüística.
El sistema de conocimiento obtenido, la lengua-I, asigna un estatus a cada hecho físico relevante. Diferentes lenguas-I asignarán un estatus diferente dentro de estas u otras categorías. La noción de lengua-E no ocupa ningún lugar en este panorama. No existen cuestiones de corrección para las lenguas-E porque son sólo artefactos. Podemos definir lengua-E de una forma u otra, o de ninguna, puesto que este concepto no desempeña ningún papel en una teoría del lenguaje.
El desplazamiento de perspectiva desde el concepto técnico de lengua-E al concepto técnico de lengua-I considerado como objeto de investigación constituye por tanto un desplazamiento en la dirección del realismo en dos aspectos: el estudio de un objeto real, en vez de un constructo artificial, y el estudio de lo que realmente queremos decir con una lengua o el conocimiento de una lengua en el uso común (prescindiendo de factores sociopolíticos o normativo-teleológicos).
La base empírica del estudio de la lengua-I
Los datos referentes al carácter de la lengua-I y del estado inicial podrían proceder de fuentes muy diferentes, aparte de los juicios referentes a la forma y el significado de las expresiones. Como en el caso de cualquier investigación sobre un aspecto del mundo físico, no existen formas de delimitar en principio las clase de datos que pueden resultar relevantes, datos que deberán permitir hacer una distinción de una facultad particular de la mente (la facultad de conocimiento del lenguaje), del cerebro en última instancia: su estado inicial y los diversos estados de madurez que puede alcanzar.
Es recíproca la interdependencia de las ciencias del cerebro y el estudio de la mente. La teoría de la mente trata de determinar las propiedades del estado inicial y de cada estado obtenible de la facultad lingüística y las ciencias del cerebro tratan de descubrir los mecanismos cerebrales que son realizaciones físicas de esos estados. Existe una tareas común: descubrir la caracterización correcta de la facultad lingüística en sus estados inicial y final, descubrir la verdad acerca de la facultad lingüística; esto es llevado a cabo a través de una caracterización abstracta en teoría de la mente y una investigación sobre los mecanismos cerebrales en las ciencias del cerebro. En la medida que se pueda establecer esta relación, el estudio de la mente, en particular de la lengua-I, quedará inmerso en el seno de las ciencias naturales.
Algunas consecuencias del desplazamiento del objeto
En resumen, puede concebirse el conocimiento que una persona tiene de una lengua particular como un estado de la mente, que se encarna en una cierta disposición de mecanismos físicos. Realizamos la abstracción de la lengua-I como lo que es conocido por una persona en ese estado de conocimiento. Se propone una explicación que se presenta en un cierto nivel de abstracción, en el que se pueden expresar las propiedades significativas de estos mecanismos y se pueden elucidar los principios que rigen estos mecanismos y sus funciones. De esta forma, la GU es el estudio de un aspecto de la dotación biológica.
El desplazamiento del enfoque hacia una interpretación mentalista del estudio del lenguaje constituyó un factor en el desarrollo de las ciencias cognitivas contemporáneas, y supuso un paso hacia la incorporación del estudio del lenguaje a las ciencias naturales, porque ayuda a allanar el camino a una investigación sobre los mecanismos que tienen las propiedades exhibidas por el estudio de las reglas y las representaciones.