La adopción de niños y niñas por parte de familias homoparentales formadas por gays o lesbianas es un tema que genera un debate social bastante apasionado, por lo que no resulta extraño que cualquier estudio que analice la idoneidad de este tipo de familias para el desarrollo saludable de los hijos tenga un importante impacto en los medios de comunicación, entre los que obviamente se incluye la “blogosfera”.
La publicación reciente del libro que hemos coordinado el profesor de la Universidad del País Vasco y yo mismo (ver aquí), y en el que se exponen brevemente los resultados de un estudio en el que han comparado seis tipos de estructuras familiares, ha servido para que el debate se reabra. Por ello, veo conveniente exponer en este blog algunas puntualizaciones acerca de dicha investigación.
-El estudio fue financiado por la Fundación BBVA, que rechazó la publicación íntegra del informe de investigación. No obstante, esperamos que sea publicado en breve por otras entidades. Mientras tanto, resultados parciales serán publicados en revistas tanto nacionales como internacionales. El primero de ellos ya ha sido aceptado y aparecerá en noviembre en la revista Infancia y Aprendizaje.
- La investigación pretendía analizar las fortalezas y debilidades de seis tipos diferentes de familias (adoptivas, monoparentales, reconstituidas, de embarazos múltiples, homoparentales y tradicionales), por lo tanto no es un estudio sobre homoparentalidad. La profesora de la Universidad de Sevilla, María del Mar González, ha realizado varios estudios en nuestro país sobre ese tema. Al ser estudios centrados exclusivamente en la homoparentalidad son más adecuados para extraer conclusiones sobre estas familias.
- Nuestro estudio no pretende sacar conclusiones definitivas acerca de la idoneidad de ninguna de estas estructuras familiares, ya que fue difícil, o imposible, emparejar o igualar a los seis tipos de familias en una serie de variables, tales como el nivel educativo o socioeconómico, o la edad de los menores. Por ejemplo, las familias homoparentales mostraron niveles más altos, y tenían niños de menor edad, que el resto, lo que puede justificar, al menos en parte, que fueran los menores que vivían en este tipo de familias quienes mostraron mejor ajuste psicológico. No obstante, hoy por hoy el perfil de las familias formadas por gays o lesbianas en nuestro país se asemeja bastante al de las familias homoparentales de nuestro estudio.
- Nuestros resultados estudio coinciden con la práctica totalidad de los realizados hasta la fecha en no encontrar desajustes ni retrasos en el desarrollo de las niñas y niños de hogares homoparentales. El principal problema que muestra la evidencia empírica disponible es la preocupación de estos padres y madres por el rechazo que pudieran experimentar sus hijos.
- Este rechazo tiene que ver con un prejuicio, como es la homofobia, dirigido hacia una minoría que está dejando de ser “invisible”, y que es muy probable que vaya disminuyendo en los próximos años. Por ello, también es bastante probable que el rechazo hacia estos menores desaparezca, y que estos niños y niñas sean tan aceptados como hoy día lo son quienes han sido adoptados, o quienes viven en familias reconstituidas.
- Nuestro estudio encuentra bastantes fortalezas en las familias homoparentales en cuanto a su calidad como contextos de desarrollo. Aunque tenemos que reconocer que no resulta fácil generalizar esos resultados.
- Mientras esperamos a que se acumule una mayor evidencia empírica sobre el tema, nos quedamos con un dato indiscutible: por el momento no existen estudios que encuentren problemas en los niños que viven en familias homoparentales y que desaconsejen la idoneidad de estas familias para llevar a cabo su tarea educadora.
Más entradas sobre el tema aquí y aquí.